Introducción: Reciclar no es una moda, es una necesidad urgente
En Chile, se generan más de 8 millones de toneladas de residuos domiciliarios al año, de los cuales apenas un 4% es reciclado, según cifras del Ministerio del Medio Ambiente. Esta cifra no solo preocupa, sino que exige una acción decidida desde todos los sectores, incluyendo las comunidades residenciales y edificios.
Cada comunidad tiene el poder de marcar la diferencia. Implementar un programa de reciclaje no solo es posible, sino también necesario para cumplir con la nueva Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) y otras normativas ambientales vigentes. Además, mejora la calidad de vida de los residentes, reduce costos de retiro de residuos y posiciona a la comunidad como un referente en sostenibilidad.
¿Por qué es importante que los edificios y condominios reciclen?
Los residuos generados en comunidades residenciales representan una parte significativa del volumen total de basura urbana. Muchas veces, la falta de gestión adecuada deriva en malos olores, proliferación de plagas y un mayor gasto en limpieza y recolección.
Al incorporar una cultura de reciclaje:
- Se disminuye el volumen de residuos sólidos domiciliarios.
- Se optimiza el trabajo de los recolectores municipales y recicladores base.
- Se educa a los vecinos en responsabilidad ambiental.
- Se transforma un espacio común en un modelo de vida sostenible.
Marco legal: ¿Qué dice la normativa chilena?
Ley N.º 20.920 – Ley REP (2016)
Esta ley establece la Responsabilidad Extendida del Productor, obligando a quienes introducen productos al mercado a hacerse cargo de los residuos que generan. La ley incluye seis productos prioritarios: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, envases y embalajes, neumáticos, y pilas.
Aunque la ley se enfoca en los productores, promueve que las comunidades faciliten espacios de recolección y educación para el reciclaje.
Ordenanzas Municipales
Muchas comunas en Chile ya cuentan con ordenanzas que regulan la separación en origen y la disposición diferenciada de residuos. Por ejemplo, las municipalidades de Providencia, Ñuñoa, Las Condes y Peñalolén tienen programas de reciclaje domiciliario y puntos limpios que pueden vincularse directamente con condominios.

7 pasos para implementar un programa de reciclaje efectivo en tu comunidad
1. Diagnóstico inicial: ¿Qué y cuánto se desecha?
El primer paso es realizar una evaluación del tipo de residuos generados en la comunidad: papel, cartón, plásticos, vidrios, metales, residuos orgánicos, electrónicos, etc. Esta información permite dimensionar la magnitud del desafío y planificar acciones concretas.
También se puede aplicar una breve encuesta a los copropietarios para conocer su disposición al reciclaje y detectar oportunidades de mejora en la gestión actual.
2. Formación del Comité Verde
Se recomienda crear un subcomité dentro del Comité de Administración enfocado en sostenibilidad, o nombrar un «Delegado de Reciclaje», quien será el nexo entre la administración, los residentes y los gestores de residuos autorizados.
Este comité puede liderar campañas educativas internas y ser responsable de coordinar la correcta implementación del plan.
3. Definición de materiales a reciclar y alianzas estratégicas
No todos los materiales deben ser reciclados al mismo tiempo. Se puede comenzar por los más comunes y de fácil disposición: papel, cartón, botellas PET y vidrio.
Se sugiere firmar convenios con recicladores certificados, cooperativas o empresas de retiro que se ajusten a la realidad de la comuna. Además, existen plataformas como Recíclame, Kyklos o ReSimple que ofrecen apoyo logístico y educativo.
4. Habilitación de puntos de acopio en zonas comunes
Los puntos de reciclaje deben ser accesibles, limpios y seguros. Idealmente, contar con contenedores diferenciados y señalética clara, que facilite el depósito correcto de materiales.
Además, es crucial definir la frecuencia de retiro y mantener la limpieza del área para evitar malos olores o plagas.
5. Capacitación a residentes y personal de conserjería
La educación es la clave del éxito. Una buena práctica es realizar talleres presenciales o virtuales para explicar:
- Qué se recicla y qué no.
- Cómo deben prepararse los materiales (limpios y secos).
- Dónde se ubican los puntos de recolección.
- Qué días se retiran los residuos.
El personal de conserjería debe estar plenamente informado para resolver dudas y detectar errores en la separación.
6. Seguimiento, monitoreo y ajustes
No basta con implementar. Es fundamental evaluar periódicamente:
- Volumen de residuos reciclados.
- Participación de los vecinos.
- Costos y beneficios financieros.
Con esta información se pueden ajustar las estrategias, incorporar nuevos materiales y medir el impacto real del programa en el tiempo.
7. Celebrar logros y fomentar la participación
Cada avance, por pequeño que parezca, debe ser comunicado a la comunidad. Informar sobre kilos reciclados, impacto ambiental y ahorro en residuos genera motivación y pertenencia.
Se pueden realizar concursos, premios simbólicos o jornadas de limpieza comunal para consolidar el compromiso colectivo con el reciclaje.
Beneficios de un programa de reciclaje en comunidades
✅ Ambientales: Reducción de la huella de carbono, menor presión sobre los vertederos, cuidado de la biodiversidad.
✅ Económicos: Posibles reducciones en tarifas de recolección, ingresos por venta de materiales, disminución de multas.
✅ Sociales: Fomento de la convivencia, conciencia colectiva, inclusión de recicladores base.
Conclusión: El cambio comienza por casa (y por tu comunidad)
Reciclar no es solo una acción individual, es una decisión colectiva. Las comunidades que deciden implementar programas de reciclaje están dando un paso concreto hacia un futuro más limpio, justo y responsable.
👉 ¿Tu comunidad ya tiene un programa de reciclaje activo? ¿Qué materiales se están separando y cómo se gestionan?
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